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Cómo eliminar el plástico de un solo uso en empresas de alimentos

4 minutos de lectura

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Esta es la realidad de cientos de empresas que se dedican al sector agroalimentario del país, sin embargo, esta realidad se puede cambiar hoy mismo. Continúa leyendo para saber más al respecto.

Gestionando los residuos en empresas de alimentos

En el año 2019, la ODEPA, Oficina de Estudios y Políticas Agrarias en Chile, realizó un estudio titulado “Economía Circular en el Sector Agroalimentario Chileno”, donde se abordaron los desafíos del sector agroalimentario para realizar un trabajo más sostenible y hacer un mejor uso de los recursos naturales.

En el estudio se analizaron las dificultades y las oportunidades del sector, y se llegó a la conclusión de que es necesario desarrollar un “Programa de Economía Circular para el sector agroalimentario”, el cual permita vincular a los actores claves de este sector, definiendo técnica de concientización y conocimiento en economía circular y de ámbito regulatorio. (Estudio completo aquí)

Específicamente uno de los puntos que se tocó en el estudio fue el de las oportunidades que presenta la Economía Circular para el sector agroalimentario y sus subsectores, donde se llegó a la conclusión de que se deben aprovechar las nuevas tecnologías para desarrollar envases y embalajes hechos a base de materiales biodegradables. (Página 41 del estudio)

Pero ¿por qué la necesidad de establecer una Economía Circular y qué es lo que implica, en término prácticos para las empresas?

Economía Circular desde la empresa hasta el consumidor final

Actualmente, la Economía Lineal implica tomar los recursos naturales, pasarlos por un proceso de producción, vender ese producto para finalmente convertirse en residuo. Es decir, productos de un solo uso o desechables que se salen del ciclo de producción. Este tipo de economía es muy poco sustentable en el tiempo, y está generando grandes impactos medioambientales.

Y ¿en qué influye esto en el trabajo de las empresas agroalimentarias? Las medianas y grandes empresas que sirven de punto de distribución para muchos otros comercios, fomentan la Economía Lineal si dentro de sus envases y embalajes ocupan materiales desechables. Esos envases llegan a los supermercados, luego un comprador se lo lleva a su hogar y finalmente el envase termina en la basura.

Por el contrario, si la empresa agroalimentaria, desde el inicio escoge envases y embalajes sustentables, el consumidor final tendrá la posibilidad (y responsabilidad) de gestionar ese envase, llevándolo a un punto limpio, o en el mejor de los casos gestionándolo para que ese envase sea compostado.

En definitiva, el consumidor final es quien en últimas instancias tiene la responsabilidad de gestionar los residuos, pero la empresa agroalimentaria tiene el deber de incluir, dentro de sus envases y embalajes, materiales más sustentables con el medio ambiente. De esta forma, la Economía Lineal se comienza a modificar lo más pronto posible.

Fomentando la cadena de reciclaje

Se estima que cada persona produce 1,1 kilos de residuos al día, donde solo el 4% se recicla. Si se multiplican esos 1,1 kilos diarios al año, nos encontramos con cifras realmente impactantes. Ahora, si ponemos eso a una escala mayor, es decir, a un nivel comercial o nivel industrial, los números se elevan considerablemente.

Frente a esto, y desde hace ya varios años en el país, se han puesto esfuerzos en fomentar una Cadena de reciclaje, que se enmarca dentro de las políticas de reciclaje y gestión de residuos, tale como la ley que prohíbe el uso de plásticos de un solo uso y la Ley 20.920 de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje.

Esta última responsabiliza a los productores de envases y embalajes a fomentar la recolección y valorización de los productos que generan. En este sentido, si bien las empresas agroalimentarias no son un responsable directo en gestionar puntos de reciclaje, si son las responsables a la hora de buscar y contratar empresas productoras de envases hechos a base de materiales más amigables con el medio ambiente.

Para que se produzca una Economía Circular eficiente, es importante que desde su producción los envases sean hechos con materiales que se puedan gestionar, es decir, de materiales reciclables, biodegradables o compostables. De otra manera, es difícil romper con la economía lineal y los desechos seguirán llegando a los rellenos sanitarios.

Una alternativa más sustentable

Tal y como se menciona en el estudio de “Economía Circular en el Sector Agroalimentario Chileno”, se deben aprovechar las nuevas tecnologías para desarrollar envases y embalajes a base de materiales biodegradables. Hoy en día existen alternativas de productores de envases y embalajes, certificados internacionalmente, que usan como materia prima productos a base de plantas.

La razón de usar este tipo de materiales más amigables con el medio ambiente es que no rompen el ciclo de producción, es decir, fomentan la Economía Circular. En otras palabras, los materiales se sacan de la tierra (árboles, maíz, caña de azúcar, entre otros), se produce un envase útil para su uso (igual de resistente que los envases convencionales), y finalmente este envase tiene la posibilidad de volver a la tierra y convertirse en abono.

En Chile, este tipo de envases y embalajes, se pueden encontrar como packaging compostable, los cuales, si se gestionan de manera adecuada, se biodegradan en 12 semanas y no en 300 años o más.

En definitiva, convertirse en una empresa sustentable es todo un desafío, pero no imposible. Existen productores ecológicos y existen envases hechos con materiales reciclables, por lo tanto las posibilidades de cambio están. Muchas empresas en Chile y el mundo ya han empezado este cambio, convirtiéndose en empresas reconocidas y valoradas por los usuarios y consumidores.

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